La mediación mercantil y concursal Una alternativa al concurso de acreedores o su resolución dentro del mismo
La mediación concursal se presenta como una alternativa viable al concurso de acreedores, especialmente para empresas y autónomos en situaciones de conflicto financiero y deudas. El concurso de acreedores, también conocido como la ley de quiebras, es un proceso legal que busca resolver las deudas de una entidad insolvente. La mediación, por otro lado, es un método alternativo de resolución de conflictos que implica la intervención de un tercero imparcial para facilitar la negociación entre las partes involucradas.
¿Qué es la mediación mercantil?
Es un procedimiento extrajudicial, voluntario y confidencial, en el que las partes (deudor y acreedores) buscan alcanzar un acuerdo con la ayuda de un mediador imparcial. El objetivo es encontrar una solución que satisfaga las necesidades de todas las partes involucradas, evitando así la necesidad de un concurso de acreedores.
Algunas características relevantes de la mediación , en el ámbito de la insolvencia, incluyen:
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Carácter Voluntario: La participación en la mediación es voluntaria para ambas partes. No se puede forzar a las partes a participar en el proceso de mediación si no están de acuerdo.
- Rapidez: El proceso de mediación es mucho más rápido que un concurso de acreedores.
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Confidencialidad: La mediación se lleva a cabo de manera confidencial. La información compartida durante las sesiones de mediación no puede ser utilizada en un procedimiento legal posterior, lo que fomenta un ambiente de negociación más abierto.
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Flexibilidad: La mediación permite una mayor flexibilidad en comparación con los procedimientos judiciales. Las partes tienen más control sobre el proceso y pueden adaptarlo a sus necesidades específicas.
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Intervención de un Mediador: Un mediador, que puede ser designado por las partes o por instituciones especializadas, actúa como facilitador imparcial para ayudar a las partes a alcanzar un acuerdo mutuo.
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Posibilidad de Acuerdos Extrajudiciales: La mediación puede llevar a acuerdos extrajudiciales que eviten la necesidad de recurrir al concurso de acreedores. Estos acuerdos pueden ser más flexibles y adaptados a las circunstancias específicas de las partes involucradas.
Es importante destacar que, a pesar de sus ventajas, la mediación concursal no siempre es la solución más adecuada. En algunos casos, la complejidad de la situación financiera puede requerir la intervención de un tribunal a través del concurso de acreedores. Además, la eficacia de la mediación depende en gran medida de la disposición de ambas partes para participar de buena fe en el proceso.