Una empresa puede plantearse realizar un plan de reestructuración de deuda en diversos momentos y circunstancias, especialmente cuando enfrenta dificultades financieras significativas; principalmente en situación de insolvencia actual o inminente, o bien de probabilidad de insolvencia.

INSOLVENCIA ACTUAL

La insolvencia actual se produce cuando la empresa no puede hacer frente a sus pagos vencidos, mientras que la insolvencia inminente se refiere a la situación en la que se prevé que la empresa no podrá pagar sus deudas en un futuro próximo.

PROBABILIDAD DE INSOLVENCIA

La probabilidad de insolvencia es una situación más difusa, pero que también puede justificar la elaboración de un plan de reestructuración de deuda. Se considera que existe probabilidad de insolvencia cuando la empresa reúne determinados indicios, como por ejemplo:

• Haber tenido pérdidas significativas en los últimos ejercicios: si la empresa ha experimentado una disminución significativa en sus beneficios o está operando con pérdidas, lo que dificulta el cumplimiento de sus compromisos financieros.
• Tener un elevado nivel de endeudamiento: los ingresos generados por la empresa no son suficientes para cubrir el servicio de la deuda, incluyendo intereses y amortizaciones.
• Carecer de liquidez suficiente para atender a sus obligaciones: obligaciones financieras a corto plazo, como lo puede ser el pago a proveedores, empleados o impuestos.
• Sufrir una disminución importante de sus ventas.
• Enfrentarse a un entorno económico adverso: factores externos, como cambios en la economía, en la industria específica de la empresa o en las condiciones del mercado, que impactan negativamente la capacidad de la empresa para generar ingresos y cumplir con sus obligaciones.
• Riesgo de Insolvencia: si la empresa se encuentra en riesgo de insolvencia, es decir, si sus activos no son suficientes para cubrir sus pasivos, lo que podría llevarla a una situación de concurso de acreedores.

Además de estas situaciones, una empresa también puede plantearse realizar un plan de reestructuración de deuda con carácter preventivo, incluso si no se encuentra en una situación de insolvencia actual o inminente. Esto puede ser útil para evitar que la empresa se vea abocada a una situación más grave en el futuro.

En general, la decisión de elaborar un plan de reestructuración de deuda debe tomarse de manera proactiva y con suficiente antelación, para aumentar las posibilidades de éxito. Es importante contar con el asesoramiento de un profesional especializado en materia concursal para analizar la situación de la empresa y diseñar un plan adecuado a sus necesidades.