En España, la Ley Concursal contempla dos tipos principales de planes de reestructuración para empresas en situación de insolvencia.

1. PLAN DE REESTRUCTURACIÓN

En una empresa en situación de insolvencia, se pueden diseñar diferentes tipos de planes de reestructuración dependiendo de la naturaleza de la empresa, sus activos, pasivos y la viabilidad de su negocio. Este tipo de plan tiene como objetivo modificar la composición, las condiciones o la estructura del activo, del pasivo y/o de los fondos propios del deudor, con el fin de evitar o salir de la insolvencia.

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Algunos de los tipos de planes de reestructuración que se pueden considerar incluyen:

• Plan de viabilidad y continuidad empresarial:

  Este tipo de plan se centra en reestructurar la empresa de manera que pueda continuar operando de manera rentable en el futuro. Puede incluir medidas como la renegociación de deudas con los acreedores, la reducción de costos, la venta de activos no esenciales, la reorganización de la estructura empresarial, entre otras.

• Plan de liquidación ordenada:

  En algunos casos, la mejor opción para una empresa insolvente puede ser liquidar sus activos de manera ordenada y distribuir el producto entre los acreedores de acuerdo con un plan establecido. Este tipo de plan puede ser más adecuado cuando la empresa no tiene viabilidad a largo plazo y es necesario maximizar el valor de sus activos para pagar a los acreedores.

• Plan de convenio con los acreedores:

  Un plan de convenio es un acuerdo negociado entre la empresa y sus acreedores para reestructurar la deuda y permitir la continuidad del negocio. Este tipo de plan puede implicar la reducción de la deuda, la extensión de plazos de pago, la capitalización de deuda en acciones de la empresa, entre otras medidas.

• Plan de reestructuración financiera:

  Este tipo de plan se centra en la reestructuración de la deuda financiera de la empresa, incluyendo préstamos bancarios, bonos u otras obligaciones financieras. Puede incluir medidas como la refinanciación de deudas, la obtención de nuevos préstamos, la emisión de bonos convertibles, entre otras.

• Plan de venta de unidades productivas:

  En algunos casos, puede ser más beneficioso vender parte o la totalidad de las unidades productivas de la empresa como parte de un plan de reestructuración. Esto puede permitir la continuidad de la actividad empresarial bajo nueva propiedad y la preservación de empleos.

El plan de reestructuración debe ser aprobado por una mayoría de los acreedores afectados, así como por la junta general de accionistas de la empresa. Una vez aprobado, el plan es vinculante para todos los acreedores, incluso para aquellos que no votaron a favor.

2. PLAN DE CONTINUACIÓN

Este tipo de plan es similar al plan de reestructuración, pero está dirigido específicamente a microempresas (aquellas que cumplen con ciertos requisitos de tamaño y plantilla). El plan de continuación tiene algunas características especiales, como:

• Tramitación más sencilla: Los requisitos formales y procesales son menos exigentes que en el caso del plan de reestructuración.
• Mayor flexibilidad: El plan puede incluir medidas que no están permitidas en el plan de reestructuración, como la condonación total o parcial de la deuda.

El plan de continuación debe ser aprobado por una mayoría de los acreedores afectados, así como por el deudor. Una vez aprobado, el plan es vinculante para todos los acreedores.

La elección del plan más adecuado dependerá de la situación específica de la empresa, la magnitud de la deuda, la viabilidad del negocio y otros factores relevantes. Es fundamental contar con asesoramiento legal y financiero especializado para evaluar las opciones disponibles y diseñar un plan de reestructuración efectivo.