Declaración de concurso:

La persona física insolvente puede solicitar voluntariamente su propio concurso de acreedores, o los acreedores también pueden solicitarlo si pueden demostrar la insolvencia del deudor. La solicitud de concurso puede ser presentada ante el Juzgado de lo Mercantil correspondiente.

Liquidación y acuerdo extrajudicial de pagos:

El objetivo principal del concurso de acreedores es permitir la reorganización de las deudas del deudor o, en su defecto, proceder a la liquidación de sus bienes para satisfacer a los acreedores. También existe la posibilidad de llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos antes de la declaración formal de concurso.

Fase común y fase de convenio:

Una vez declarado el concurso, se pasa a la fase común, en la que se recopila información sobre los activos y pasivos del deudor. Posteriormente, se puede avanzar a la fase de convenio si existe la posibilidad de alcanzar un acuerdo con los acreedores para reestructurar las deudas.

Acuerdo de pagos:

Si se logra un acuerdo de pagos entre el deudor y sus acreedores en la fase de convenio, se establecerán las condiciones para la reestructuración de las deudas. Esto podría incluir quitas (reducción de la deuda) y/o esperas (aplazamiento de los pagos).

Liquidación:

Si no se alcanza un acuerdo en la fase de convenio o si el acuerdo no se cumple adecuadamente, el procedimiento puede pasar a la fase de liquidación. En esta etapa, se procederá a vender los activos del deudor y distribuir los ingresos entre los acreedores de acuerdo con la prioridad establecida por la ley.

Exoneración de deudas:

Una de las características especiales del concurso de acreedores para personas físicas es la posibilidad de obtener una exoneración de las deudas insatisfechas después de la liquidación, siempre que el deudor cumpla con ciertos requisitos establecidos en la ley. Esta exoneración permite que la persona física comience con un “perdón de deudas” después del proceso concursal.